Valoramos al enfermo como lo más importante de nuestra institución.
Promovemos la competencia profesional, la justicia social y la solidaridad con todas las personas, privilegiando a los más necesitados, siempre sin ánimo de lucro y basado en relaciones justas.
Respetamos la dignidad del hombre y promovemos un modelo de asistencia integral: unificando la ciencia, los avances tecnológicos y la humanización.
Nuestros Centros están concebidos como centros confesionales católicos, donde se observan y defienden los principios evangélicos, las leyes sociales de la Iglesia y las normas referentes a los derechos humanos.
Trabajamos por realizar una asistencia, fundamentalmente humanizada, dando preponderancia a la “Carta de Derechos y Deberes del Enfermo”.
Consideramos elemento esencial en la asistencia la dimensión religiosa como oferta de salvación y curación, respetando otros credos y planteamientos de la vida.
Ejercemos un servicio de asistencia guiado por la ética católica.
Fundamentamos las relaciones entre los miembros que componen nuestra institución, en el Derecho Laboral y el respecto, y formamos así una familia con cuantos se sienten inspirados por el espíritu de San Juan de Dios.
Estamos siempre abiertos a la colaboración con organismos tanto de la Iglesia como de la sociedad en el campo de su misión, atendiendo de manera preferencial a los sectores sociales más abandonados.